Setos y arbolado en el agroecosistema

Imagen: Hedgerows guide – Field Studies Council

La industrialización de la agricultura cambió los paisajes para siempre, al cambiar el entorno agrícola -otrora cuajado de setos y árboles- por monocultivos, con su suelo desnudo gran parte del año, y la erradicación de la vegetación no directamente productiva. Un nuevo paradigma impulsado no sólo desde la industria sino desde las instituciones. El progresivo deterioro del estado del suelo, la biodiversidad, la regulación del clima e incluso la productividad agrícola han demostrado que era la receta para el desastre. La agricultura regenerativa -que trabaja con y no contra la naturaleza- vuelve a unir lo que nunca se debió separar: producción de alimentos y biodiversidad.  

Pensamos que podríamos aplicar la lógica de las máquinas a la naturaleza y simplificar su infinita complejidad e inteligencia hasta convertirla en un mero sustrato. Pensamos que podríamos sustituir la infinita inteligencia de la naturaleza con productos químicos e intervenciones. Pensamos reducir la infinita complejidad de los bosques primarios y transformarlos en monocultivos de una sola especie (mal llamados «bosques») era una buena idea. Y mientras pensábamos todo eso, convertimos las granjas en «explotaciones» (qué término tan elocuente ¿verdad?), y erradicamos toda vegetación no productiva, rompimos el suelo que sostienen todo, ingentes cantidades de carbono del suelo acabaron en la atmósfera, la vitalidad y fertilidad se la llevó el viento,, el ciclo del agua se rompió y el clima se alteró.  

Después echamos la culpa al CO2, sin darnos cuenta de que ese es sólo uno de los factores, -porque la naturaleza no funciona linealmente, sino ecosistémicamente- y seguimos aplicando soluciones lineales, sin aceptar que, como dijo alguien «ningún problema puede ser resuelto desde el mismo nivel de conciencia que lo creó».

No somos la única civilización que ha contribuido diligentemente a su colapso, pero sí la primera  

«Ninguna civilización que ha destruido su suelo ha sobrevivido»

La agricultura se remonta 

https://www.ecoticias.com/co2/69543_mayas-contribuyeron-cambio-climatico-llevo-colapso

https://www.worldhistory.org/trans/es/2-9/la-agricultura-en-el-creciente-fertil-y-mesopotami/

Simplificar lo complejo hace el campo más vulnerable

Si algo ha marcado la evolución de la agricultura en los últimos decenios ha sido la progresiva reducción de la complejidad de la naturaleza en favor de un modelo simple, reduccionista y. homogéneo, adjetivos que califican al modelo y prácticas de la agricultura industrial.

Este modelo se ha basado, por una parte, en una eliminación progresiva de toda biodiversidad en torno a los campos de cultivo, y por otra, en el uso masivo de productos químicos para tratar de producir algo de una tierra altamente desequilibrada, una vez rotos sus mecanismos de autorregulación:

  • fertilizantes para reemplazar los procesos regenerativos del suelo
  • pesticidas y fungicidas para contener las plagas que siguen a los monocultivos y el desequilibrio nutricional de las plantas
  • herbicidas para controlar toda vegetación no productiva

El problema es que la naturaleza no funciona así.  La naturaleza es extremadamente compleja, y funciona como una enorme comunidad de seres muy diversos que realizan funciones complementarias muchas de las cuales no hemos llegado aún a conocer ni comprender. 

El resultado ha sido 

ARBOLES Y CLIMA

Por mucho que a nuestro pensamiento reduccionista le guste, lo cierto es que no hay un mecanismo solo para equilibrar, sino varios de ellos, relacionados entre sí.

La bomba biótica: los árboles regulan el ciclo del agua

– Fotosíntesis que genera vapor de agua

– producción de aerosoles

– estructura y carbono en el suelo que ayuda a almacenarla

– la fotosintesis genera vapor de agua

– la evapotranspiración genera agua y refresca, igual que el sudor nos refresca

– contribuyen a la formación de nubes

– generan lluvia

Activan la bomba biótica

reciclan el metano

sus hojas contribuyen a nutrir el suelo y aumentar sus niveles de carbono (y capacidad de retener agua) y también contribuyen a generar lluvia a través de las pseudomonas syringae

Los árboles almacenan carbono y lo almacenan en el suelo

Red de micorrizas

Los árboles generan sombra

Sombra que proveen directamente, o indirectamente (las nubes) refrescan la tierra. En cambio, el terreno desnudo no sólo no mantiene el ciclo del agua a nivel local, sino que genera islas de calor.   Las islas de calor son masas de aire caliente que sube hacia la atmósfera, reseca el ambiente y genera perturbaciones climáticas, a veces a grandes distancias. 

  • Especies adecuadas que hidraten el suelo y el ambiente.
  • Las raíces y micorrizas estructuran el suelo
  • Activan la bomba biótica, tanto por el intercambio de agua entre suelo y atmosfera, como a través de los bioaerosoles que emiten y las bacterias pseudomonas syringae de las hojas, que precipitan la lluvia
  • su hojarasca es rica en minerales que las raíces extraen a mucha profundidad, y contribuyen a la formación de humus
  • Promueven la biodiversidad, son hogar de polinizadores y aves
  • producen cosechas.

Los árboles previenen inundaciones e incendios

Setos

Ilustración de Graham Burnett de su libro Permacultura para principiantes

No sólo árboles, los setos entre parcelas con especies autóctonas de árboles y arbustos  cumplen muchísimas funciones ecológicas, todas ellas positivas.  En realidad, en permacultura se considera que el bosque tiene varias capas, y la presencia de árboles y arbustos de distinto tamaño contribuye a recrear un agroecosistema que imita el bosque.

 

Al multiplicar la biodiversidad, mejoran el equilibrio ecológico y los servicios gratuitos de los ecosistemas a los cultivos. Entre otras, cosas, los setos contribuyen a:

  • mantener el suelo.
  • aportar materia orgánica al suelo rica en minerales. Más materia orgánica favorece una mejor hidratación de los terrenos y la vida microbiana del suelo. Ayudan a regenerar el suelo y su fertilidad.
  • mantener corredores de biodiversidad entre parcelas tanto animal como vegetal.
  • prevenir o mitigar los efectos de la sequía, al favorecer una mayor humedad del terreno, la una mayor infiltración del agua de lluvia y evitar la excesiva escorrentía / lavado del terreno (y por tanto la erosión y la desertificación).  Evitar una suela de labor continua y extensa.
  • generar entornos diversos que ayuden a biodiversificar la fauna y flora, lo que ayuda a prevenir plagas
  • ofrecer cobijo y alimento a multitud de especies de insectos, polinizadores, pájaros, anfibios, pequeños mamíferos … que prestan servicios ecosistémicos impagables  (y que no tengan que comerse nuestros cultivos porque no les hemos dejado otra cosa…)
  • obtener otros rendimientos del campo en forma de plantas comestibles y medicinales, frutos, leña, miel …
  • Crear microclimas favorables: proveer sombra, evitar islas de calor, amortiguar el viento, mantener una mayor humedad en el ambiente
  • favorecer la conservación de especies autóctonas de árboles, arbustos y plantas, afectados por la deforestación y las repoblaciones simplistas realizadas a base de pino, pino y pino.
  • … en suma, mantener el campo vivo y biodiverso.

ARBOLES, ARBUSTOS Y BIODIVERSIDAD

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Reintegrar los árboles en los agroecosistemas

Agroforestería

Paisajes mosaico